Reproducción del artículo para el programa de fiestas de 1988 en honor del Santísimo Cristo de la Caridad, siendo D. Benjamín de Castro Herrero director del grupo escolar “Fernando de Rojas” y que resumen sus 32 años que median entre 1956 año en el que tomó posesión y 1988 año en el que escribió este artículo que decía así:
LA ESCUELA AYER Y HOY
El paso del tiempo es inexorable, pero conlleva recibir experiencia y te permite comparar el presente con el pasado y hacer proyectos para emprender el futuro.
En octubre del corriente año, hace treinta y dos años, llegué a La Puebla como maestro de esta localidad que me vio nacer y diez años que desempeño el cargo de director de su grupo escolar.
Aun recuerdo aquel dos de octubre de 1956 y permanece en mi retina como un álbum de fotos el aspecto que La Puebla tenía ¿mejor o peor que el actual?… tal vez distinto. Hemos cambiado los carros tirados por caballerías por los turismos; el olor a paja quemada de las lumbres bajas por los electrodomésticos modernos y ausente de todo olor.
El “Caño Chico” y el “Caño Grande “, el “Caño de la Torre “, todos pasaron a la historia y de todos ellos solo queda un pequeño vestigio del “Caño Grande” como testigo mudo de las caballerías abrevando, y con la inscripción, que aun conserva escrita “Prohibido dar agua a las caballerías enganchadas al carro “; o de las mozas con sus cántaros a la cadera acarreando el agua necesaria para el hogar. (más…)
En octubre del corriente año, hace treinta y dos años, llegué a La Puebla como maestro de esta localidad que me vio nacer y diez años que desempeño el cargo de director de su grupo escolar.
Aun recuerdo aquel dos de octubre de 1956 y permanece en mi retina como un álbum de fotos el aspecto que La Puebla tenía ¿mejor o peor que el actual?… tal vez distinto. Hemos cambiado los carros tirados por caballerías por los turismos; el olor a paja quemada de las lumbres bajas por los electrodomésticos modernos y ausente de todo olor.
El “Caño Chico” y el “Caño Grande “, el “Caño de la Torre “, todos pasaron a la historia y de todos ellos solo queda un pequeño vestigio del “Caño Grande” como testigo mudo de las caballerías abrevando, y con la inscripción, que aun conserva escrita “Prohibido dar agua a las caballerías enganchadas al carro “; o de las mozas con sus cántaros a la cadera acarreando el agua necesaria para el hogar. (más…)
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